No sé si recordáis a Pollyanna, aquella niña huérfana que
siempre encontraba el lado bueno a cualquier situación. Un ejemplo de
optimismo, vaya. Pues bien, hace unos días decidí contagiarme de su espíritu
cuando fui a hacer efectivo un Groupon de una estancia en Oporto. Escribí un
correo al hotel en cuestión solicitando las noches del uno y dos de mayo y
adjunté el bono. Al cabo de una hora o así recibí la contestación: no hay
disponibilidad para esas fechas. Bueno, no pasa nada, pensé. Y pedí la del
último fin de semana de abril. La respuesta esta vez fue la misma que la vez
anterior: no hay disponibilidad.
Fue entonces cuando emulé a Pollyanna y decidí encontrar el
lado bueno a esta situación. Y la encontré. Aprovecharíamos los dos fines de semana
para pintar la habitación de Hugo y el día uno de mayo nos iríamos a celebrar
el día de la madre. ¿Por qué ese día y no el día tres que es cuando realmente
era el día de la madre? Sencillo. Los viernes son los días en los que supero mi
record de resistencia y me permito una comida en la que como lo que me apetece.
¡Sin restricciones!
Raúl y yo decidimos que nos iríamos a la Piedra a comer en
el Portón, bar de unos amigos y donde hacen el mejor arroz de todo Vigo. Yo le
añadiría una tarta de Santiago y un chupito de crema de orujo. ¡Mmmm!
A falta de dos días para la gran comilona a Raúl le dio un
cólico al riñón. El pobre lo pasó fatal. Aparte de la medicación tuvo que estar en reposo. Yo, aparte de la lógica preocupación, volví a emular a Pollyanna y
en mi imaginación cambié el arroz, la tarta y el chupito por un pastel de crema
de la pastelería de abajo y de un bocata de pan artesano con chorizo. ¡Mmmm!
Llegó el viernes, hice mi entreno, superé mi record y me
dispuse a darme el homenaje. Bajé a comprar el pan y los pasteles(sí, al final
no fue uno solo). También hice un alto en el camino y me compré chucherías. Con
mi preciado botín regresé a casa. Entusiasmada, me comí alguna gominola y un
pastel. Me preparé el pan que crujía deliciosamente y abrí la nevera para coger
el chorizo. ¡No me lo podía creer! ¡No quedaba chorizo!
¡A la mierda Pollyanna!
jajajajajajaj.....totalmente....yo la hubiese mandado a la mierda mucho antes! jajajaja. Me encantó. Un besico.
ResponderEliminar¿Verdad que sí? Hasta yo misma me quedé sorprendida de mi paciencia... Jajajaja.
EliminarBesico.
Jajajaja tienes algo tienes don.... Veras que la próxima vez te aseguras de tener chorizo en la never...
ResponderEliminarJajajaja, no sé si tengo don o no, pero un amigo estupendo sí que lo tengo. Aunque... ¿te has fijado que cada vez estamos más lejos?
Eliminar¿Cólico al riñón? Dile a Raúl que se cheque. A lo mejor tiene tres riñones como yo.
ResponderEliminar¿¿¿¿Tres???? ¿¿¿¿Pero qué dices????
EliminarLa comida rica enseguida vuela....hay q apurar. Besiños reina
ResponderEliminarSobre todo cuando tienes antojo de alguna...
EliminarJajajaja, si rebuscas por los anales de mi blog encontrarás mis referencias a Pollyanna y su juego de estar contenta, yo la emulo mucho aunque a veces Murphy hace de las suyas y no es posible.
ResponderEliminarMenudo tour me estoy dando por tu blog,jejejeje.
Besos.
Ah, pues buscaré a ver. Ser Pollyanna es bastante complicado...
Eliminar¡Yo encantada de tu tour! ¡Gracias!