domingo, 21 de junio de 2015

Amor filial

Mi madre desconocía que yo estaba al tanto de las idas y venidas de un hombre con el que compartía el lecho. Intuía que ella prefería mantenerme al margen de esa parte de su vida, así que cuando él venía yo subía al desván. Desde allí los oía hablar, gemir y discutir.
A decir verdad no me importaba demasiado encerrarme en el desván. Allí había juguetes esparcidos por el suelo y un telescopio. También era el lugar donde vivía mi padre. Él me hablaba a través de la figura de un hombre enorme construido en forja por mi abuelo, un afamado herrero. Decían que mi padre nos había abandonado a mi madre y a mí cuando yo era apenas un niño, pero  nunca me lo había creído.
Era imposible.
Él me hablaba y consolaba. Otras veces me abrazaba. Pero sobre todo tenía el poder de hacer que yo no me sintiera solo y abandonado. Yo le quería.
Mucho.
Al igual que quería a mi madre. Sentía como propio el dolor de ella que se reflejaba tan bien en su cara. Me dolían los golpes que  recibía y que se manifestaban en los negrones de sus ojos o en los morados de sus piernas y brazos.
Aquella mañana yo subí como siempre al desván. Pronto se escucharon golpes y gritos desgarradores. Quise bajar, pero mi padre lo impidió. Pronto vendrá la policía, me dijo. Cogí el telescopio y miré por la ventana.  Mi padre tenía razón. A lo lejos pude distinguir una ambulancia y un coche policial. Supuse que los vecinos los habían avisado.
Los dos vehículos pararon en la puerta de casa y sus ocupantes entraron en la casa. Yo no me moví de la ventana y pude ver como sacaban a mi madre en una camilla, cubierta con una sábana.
Esta mañana han vuelto a venir. He oído como subían las escaleras que conducen al desván, así que he intentado esconderme detrás de un estante, pero uno de ellos ha logrado ver mi cuerpo.
No quiero irme de aquí.

Prefiero esta tumba a la del cementerio.

12 comentarios:

  1. Triste pero muy bonito. Las rejas protectoras de su padre. Beso

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  2. prefiero estar preso entre mis miedos, que libre y abrazado, por el cálido dolor de su ausencia...
    muy bueno, y si que triste, pero la vida tiene estas aristas. Un abrazo

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  3. Pues yo creo que no hay que estar preso entre miedos, Eduardo, así no vamos a ningún lado.

    Otro abrazo para ti, compi.

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  4. !Qué bien escrito! Es perfecto como logras que nos llene de la intensidad de sentimientos que contiene. Triste y real. Un beso,
    P.D.-(soy Larin)

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    1. ¡Qué sorpresa más agradable mi querida Larín!

      Me alegro que te haya gustado y espero que nos sigamos leyendo.

      Un besito muy grande.

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    2. Es tan bonito como cierto...vivimos el dia s dia con muchos miedos. Una vez más, felicidades paisana. Besiños

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    3. La verdad es que es lo que me inspiró la imagen, pero no lo había visto desde tu punto de vista. Y me gusta.
      Un besico.

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  5. Qué bonito, pero qué triste y real.
    Me has hecho pensar, la verdad es que el tema maltrato y niños es muy doloroso y si se dan los dos casos a la vez es sangrante e injusto.
    Muy bien escrito.
    Besos.

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    1. Gracias, Marigem.
      Por desgracia, el matrato está a la orden del día. Y en niños es especialmente doloroso. Una pena.
      Besito.

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  6. Textazo!!!!!! como siempre. Genial, Sue. Un besote.

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    1. Jo, Fernando, eres un solete. Tú si que eres genial.
      Un besico.

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